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COVID-19 modificó dinámicas de apoyo humanitario

  • COVID-19 modificó dinámicas de apoyo humanitario

Activistas de la sociedad civil que trabajan con sectores vulnerables y empresas, participaron en webinar organizado por CUTonalá

La llegada del COVID-19 modificó las dinámicas de apoyo humanitario a sectores vulnerables como migrantes en tránsito o niñas y niños con alguna discapacidad, por lo cual, organizaciones de la sociedad civil que brindan estos servicios tuvieron que reinventarse y redifinirse al utilizar las nuevas tecnologías o diseñar nuevas estrategias.
 
Así lo plantearon especialistas que participaron en el webinar “La importancia de la asistencia humanitaria en tiempos de pandemia COVID-19”, organizado por el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), de la UdeG.
 
La Coordinadora de Incidencia Política-Social del Centro de Atención a Migrantes y Refugiados de FM4 Paso Libre, maestra Lina Yismreray Gómez Navarro, dijo que esta institución surgió en 2007 por iniciativa de estudiantes que habían tenido experiencia en otras casas de migrantes del país.
 
En Guadalajara comenzaron a organizar un esfuerzo para ofrecer servicios de comedor, y en 2009 se consolidaron como organización y hoy cuentan con un alberge que brinda alojamiento a migrantes y refugiados. Participan más de 125 voluntarios para ofrecer atención directa.
 
“La acción humanitaria no tiene que ver sólo con alimentos o estancia, sino en garantizar una inserción integral con pleno respeto a sus derechos humanos”, subrayó.
 
Con el COVID-19 se han incrementado las desigualdades en todo el mundo. La pandemia ha dejado un panorama complicado, agregó.
 
“Nuestro primer obstáculo fue brindar ayuda humanitaria sin poner en riesgo a las personas. Y tuvimos que prescindir de los voluntarios por el tema del COVID-19”, detalló Gómez Navarro, licenciada en Estudios Internacionales por la UdeG y maestra en Estudios de Género por El Colegio de México.
 
Recordó que al inicio de la pandemia 35 personas tuvieron que permanecer en el albergue, y en las primeras semanas de marzo fue bajando el flujo. De este modo ofrecieron ayuda humanitaria directa, ropa y alimentos o cubrieron necesidades inmediatas de personas en tránsito.
 
La Directora General del Centro Ortopédico de Rehabilitación Integral (CCRI), licenciada María del Carmen Pérez de May, expresó que la pandemia del COVID-19 ha sido una ventana de oportunidad que demostró que para las terapias no hay distancia, aunque matizó que no ha sido sencillo.
 
El CCRI trabaja en términos de asistencia para niñas y niños que requieren rehabilitación física o de lenguaje, cuenta con 16 terapeutas enfocados en familias de escasos recursos.
 
“Este reto del COVID-19 nos puso creativos al trabajar, nos preocupó y nos ocupó al mismo tiempo. Suspendimos por una semana la atención directa cuando el Gobierno de Jalisco llamó al confinamiento. Antes, teníamos a 270 pacientes, llegamos a 280. Muchos papás se quedaron sin empleo, sobre todo los informales. Quienes trabajaban con prestaciones, algunos sí la libraron, pero otros que dependían de ventas en tianguis dejaron de ir a la institución, a pesar de que las tarifas eran accesibles. Llegamos a varios convenios con los papás de los niños para que no dejaran de recibir terapia, y actualmente atendemos a 215 infantes. En algunos casos, los terapeutas daban la terapia a distancia, virtuales, y me siento contento porque los padres de familia no se detuvieron por sus hijos y algunos terapeutas trabajaron extra”, relató.
 
Pérez de May añadió: “La asistencia humanitaria nace con ejemplos como la Cruz Roja, y por eso no podemos detenernos. Tenemos que seguir al pie del cañón. No se trata de una cuestión lucrativa, sino de atender en cuestiones de salud a estas niñas y niños que por cuestiones de discapacidad no se pueden detener”.
 
El maestro Luis Kú, sociólogo, consultor de diversas empresas, cantante y compositor, dijo que la perspectiva COVID-19 obliga a una reformulación. Puso el ejemplo del Colectivo Kúspide, en el que participa promoviendo la cultura de paz con una perspectiva de derechos humanos.
 
“Migramos muchos de nuestros programas a modalidades virtuales, y en algunas comunidades hemos tejido distintas estrategias para capacitar a los equipos de trabajo desde la gestión emocional y la integración. Las empresas son componentes de bienestar, y por ello vemos importante ayudarles en la optimación de procesos y en el bienestar de sus colaboradores”, informó.
 
Puso el ejemplo de Vallarta Sin Hambre, en el que las mismas empresas entraron a este proceso de ayuda humanitaria: “Lograron reformular alianzas en pos del empoderamiento social”, dijo.
 
“Esta época de COVID nos ha marcado, y por ello nos hemos tenido que reinventar con corazón y perseverancia. Ha habido una evolución importante en la toma de conciencia. Es algo interesante porque, como sociedad, hemos aprendido muchas cosas y la creatividad nos ha impulsado desde distintas maneras”, concluyó Kú.
 
 
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 19 de agosto de 2020

 
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Abraham Aréchiga