UdeG

Es tiempo de cambiar la forma de evaluar a los estudiantes en las universidades

En webinar organizador por CUTonala, especialista de la Universidad Autónoma de Barcelona compartió nuevas técnicas de evaluación 

Los exámenes que se realizan en la educación tradicional privilegian lo que el alumno aprende de memoria, y eso no es un aprendizaje significativo. ¿Qué tal si pudieran cambiarse por ejercicios en los que los estudiantes se comporten como profesionales (haciendo llamadas telefónicas o consultando en Internet) para resolver un problema?
 
Esta premisa fue puesta en la mesa por el doctor Carles Monereo Font, de la Universidad Autónoma de Barcelona, especialista y asesor educativo en estrategias de enseñanza aprendizaje, durante el seminario en línea “La enseñanza universitaria. Claves para una formación competencial”, organizado por el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
 
“No siempre una calificación significa que has aprendido. Para mí, el aprendizaje radica en que puedas solucionar problemas concretos”, afirmó el especialista, quien reflexionó que es tiempo de pensar en un cambio en la cultura evaluativa en las universidades.
 
Compartió algunos modelos que él utiliza en sus clases, como la hetero-evaluación, coevaluación y evaluación individual, donde se plantean problemas que deben de resolver los alumnos o responder a las preguntas hechas entre los mismos compañeros de clase.
 
“Cuando evaluemos, hagámoslo como un profesional que tiene acceso a Internet, que tiene acceso a toda la información. Si los evalúo con un examen en el que sólo tienen su mente, sólo evaluamos la memoria, la capacidad de retención y comprensión, pero lo importante es ponerlos en problemas donde sus capacidades salgan a flote”, subrayó.
 
Para Monereo Font se necesita un cambio en la cultura evaluativa. Desglosó que en la cultura del test sólo importa cuántos alumnos han pasado la prueba, cuántos son repetidores, qué reactivos se deben cambiar para el próximo examen o cómo no pueden copiar. En cambio, en los nuevos modelos que propone, que denomina “evaluación auténtica”, lo que importa es cómo los alumnos pueden superar sus expectativas, qué condiciones cambiar para evaluar mejor sus competencias y que tengan un aprendizaje significativo.
 
“Hay que estar consciente que estoy formando profesionales que sepan arreglar problemas, mi éxito es el éxito de ellos. Un profesor tiene éxito cuando 90 por ciento de sus alumnos supera la materia con un aprendizaje significativo, lo otro es absurdo”, recalcó.
 
Otra arista es buscar que los alumnos sean autónomos, lo cual implica poseer un conjunto de estrategias de aprendizaje que se activan conscientemente para gestionar un problema de aprendizaje de manera ajustada a las condiciones contextuales en que aparece dicho problema. Además, se dijo en contra del término  “autodidacta”, “la autonomía no consiste en que trabajen solos, sino que implica un seguimiento”.
 
Las normas de la clase se basan en decisiones compartidas, las cuales son acordadas al inicio del curso en un diálogo con los alumnos, y para que sientan suya la asignatura se decide sobre ciertas rúbricas para calificar. Sus estudiantes, incluso, videograban situaciones cotidianas en las que habrán de participar cuando egresen y la forma en que pueden solucionarlas.
 
Monereo Font también implementa en sus clases algo que denomina “contrato de equipo”, basado en que todas las organizaciones que tienen éxito lo deben en buena medida al trabajo en conjunto. Los equipos los arma con un test previo, en el cual refleja la heterogeneidad de la clase y trata de combinar a los alumnos más aventajados con los más rezagados. “En la vida real no puedes escoger con quién trabajar”, dijo.
 
Otra clave es predicar con el ejemplo y hablarle al alumno como a un colega, no como un superior, es decir, con un pacto implícito en el que los estudiantes entiendan que forman parte de un gremio en el que, por supuesto, se apoyan, pero también se exigen.
 
Es conveniente llevar como invitados a otros profesionales que ya ejercen en el mundo real, dijo. También que los profesores deben de trabajar en construir en sus alumnos una identidad como profesional y no satanizar el error, pues las aulas son lugares para cometerlos. “El error es una ventana abierta al aprendizaje”, reflexionó.
 
A los profesores les recomendó basar la enseñanza en la investigación y la evidencia, observar y regular la propia enseñanza, indagar e investigar sobre la propia práctica docente. En la medida de lo posible, invitar a observadores externos para evaluar su trabajo.
 
Ante la situación que se vive por la pandemia y la duda respecto a la fecha en que se volverá a las aulas, el trabajo en equipo, la evaluación grupal y la individual se vuelven aún más importantes.
 
En este clima de educación a distancia, recomendó el uso de distintos recursos digitales como clase invertida, preguntas elaboradas por estudiantes, videocasos, resolución de problemas reales, y análisis de artículos y role playing.
 
 
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 1 de julio de 2020

 
Texto: Julio Ríos